25 Agosto 1990, Sábado.

No nos dimos prisa para levantarnos. La mañana, ni que decir tiene que era soleada. Desayunamos en la terraza del restaurante, disfrutando de unas magníficas vistas, ya que el hotel se encuentra en lo alto de una colina, dominando Tinerhir. Nos pasamos toda la mañana en la piscina, tomando el sol, bañándonos durante horas, saltando desde el trampolín, flotando sobre las colchonetas inflables, luchando por la posesión de éstas, escuchando música y tomando Martinis. Un asco... Para no cansarnos, comimos en el restaurante del hotel, bastante bien por cierto. Por la tarde, olvidamos dentro la llave de nuestra habitación, al comentárselo al recepcionista, este nos dijo que mandaría a alguien. En ese momento comprobamos que incluso los hoteles importantes, son diferentes en Marruecos, no tenían copia de la llave y el paisano tuvo que entrar, a través del sistema de aireación. Un show. Echamos una saludable siesta y regresamos a la piscina, más baños y yo me dedique a poner al día mis notas, que ya estaban bastante atrasadas. De vez en cuando, llamábamos al camarero para pedirle unas cervezas. Aprovechamos para echarle un vistazo al calendario y decidimos que si queríamos estar en Santander el 29 por la noche, para que Azu llegase a tiempo a trabajar el día 30, tendríamos que iniciar el regreso al día siguiente. Compramos unos carretes de "diapos", por si acaso y algo de tabaco rubio, ya que de tanto obsequiar cajetillas, me había quedado sin existencias. Mientras bajábamos a la plaza del pueblo, para cenar, vimos un pequeño local, de no más de 8 m2, en el que un letrero anunciaba "escribiente público"... Como suena, al existir un alto grado de analfabetismo, aun necesitan que alguien lea y escriba por ellos. Mientras cenábamos en una terraza, se nos "adhirieron" de nuevo Lassen y Mustafa, en un último intento de endosarnos algunas alfombras. Nos las cambiaban por ropa, relojes o lo que fuese. Declinamos de nuevo la oferta y quedamos con ellos en verles al año siguiente... Regresamos al hotel y nos tomamos unas copas en el bar, tratando de reponernos de la "dura jornada..." y nos retiramos pronto, para intentar levantarnos temprano al día siguiente.

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