24 Agosto 1994, Miércoles.

Cuando nos levantamos descubrimos que ya estamos rodeados de chiquillos, que como siempre esperan pa- cientemente a ver si pueden pillar algo.

Después del desayuno, Chuchi reparte la basura. Aprovechamos para echarle un vistazo a los niveles de los vehículos, lo único de interés que encuentro en el mío, es el filtro del aire, que esta muy guarro, así que lo cambio por uno nuevo. También vaciamos el herrican pequeño en el deposito de la moto.

Rodamos a buen ritmo ya que la pista está en muy buenas condiciones. Encontramos muy poco agua en la zona de Timariyne y Agoudal, resulta difícil reconocer los lugares en que hace cuatro años tuvimos que dar media vuelta por las inundaciones. Pese a lo seco que está todo, en los pocos charcos que encontramos, conseguimos manchar los coches.

A media mañana, llegamos al manantial en el que comimos durante nuestro ultimo viaje y aprovechamos para llenar un montón de botellas de agua vacías que hemos guardado. El filtro casero que me he traído, demuestra ser eficaz, pero eso si, un autentico coñazo, ya que el agua pasa muy lentamente y se tarda bastante en rellenar cada envase. De todas formas, más vale prevenir que curar. A cada botella le echamos una pastilla potabilizadora, para matar todo lo que se mueva. Probamos una y comprobamos que el cloro no le da excesivo sabor.

Lentamente vamos ganando altura, hasta alcanzar el puerto de Tizi'n Tirherhouzine, lugar célebre por mi avería de hace dos años... Según los altímetros, estamos a más de 2.700 metros sobre el nivel del mar. Por el contrario que al Suzuki, al Terrano parece darle exactamente igual a que altura estamos rodando y desde el puesto de conducción no se nota ninguna diferencia de potencia debida a la altitud. Nos detenemos un rato y disfrutamos de las magníficas vistas. Bajando del puerto, la pista se vuelve mucho más pedregosa y no se puede uno descuidar con el acelerador. Azu y yo nos detenemos varias veces para hacer fotos y acabamos por conseguir que Candela regrese con el Patrol a ver si nos ha pasado algo. Seguimos adelante hasta pasar Ait Hani, adentrándonos luego en la llanura para detenernos a comer. Es de reseñar que no aparece nadie a darnos la paliza mientras comemos y casi se nos hace extraño.

- Descendiendo hacia Tamtattouchte.

Descendemos de la llanura sin ninguna prisa y decidimos hacer una parada en Tamtattouchte, en la jaima que conocemos de hace cuatro años, pero al llegar allí descubrimos con sorpresa que la han cerrado. Con la misma sorpresa encontramos que unos metros más adelante han colocado un hotel, también con una jaima en el jardín. Llegamos justo cuando se marchan los catalanes y empezamos a tener la sensación de que les estamos persiguiendo. Tomamos un té a la menta realmente bueno y las consabidas Coca-Colas. También aprovechamos para comprar un montón de postales y enviarselas a la "peña". Mientras las escribimos, descubro que con la agenda electrónica me han llevado todas las direcciones, así que solamente podemos mandarlas a las direcciones que recordamos de memoria, o las que llevan apuntadas los demás. Continuamos avanzando hasta llegar a la ermita que se encuentra antes de llegar a las Gargantas. Le he prometido a Luis que le dejaría un mensaje escondido en algún lugar fácil de identificar, para que intente recogerlo si vuelve a venir a Marruecos. Contando diecisiete pasos desde la puerta de la ermita, bajo el segundo estrato de roca contando desde arriba, metido en una botella para preservarlo de las inclemencias del tiempo, dejamos el recado para Luis.

- El barro seco cubre el lecho del río.

El descenso por las Gargantas del Todra, evidencia la sequía reinante este año, en ningún tramo del recorrido encontramos agua. También me llama la atención observar que el lecho del río esta completamente cubierto por una capa de barro seco cuarteado en forma de "desecación poligonal", que hace pensar en una avalancha de tierra durante a época del deshielo, en algún punto de las montañas.

Llegando a la parte estrecha del desfiladero, encontramos un Land Cruiser catalán, cuyos ocupantes estaban escalando en una de las escarpadas paredes. El primer vistazo al hotel Yasmina se nos hace raro; lo han agrandado bastante y le han dado una mano de pintura, también han alejado el generador que les proporciona electricidad, consiguiendo así que no se oiga desde el hotel. Nos ofrecen una habitación grande para nosotros solos y nos parece bien. Otra sorpresa son las duchas nuevas, una maravilla, teniendo en cuenta la cochinada de duchas que conocimos dos años atrás. Subimos los bártulos, nos duchamos y por primera vez desde que salimos, recuperamos un aspecto digno, todos con pantalones largos. Cenamos en la Jaima-Restaurante, repitiendo tanto de ensalada como de brochetas y luego nos subimos la botella de whisky y le damos un tiento antes de irnos a dormir.

Estamos todos en el saco, cuando movido por la desconfianza que me ocasionó el robo, me levanto y coloco delante de la puerta una barricada, construida con sillas de madera, para enterarnos si se produce alguna visita sin invitación... No ha pasado ni media hora, cuando de pronto se abre la puerta y el estruendo de las sillas al caer hace que nos levantemos como impulsados por un resorte y pongamos contra la pared a un pobre nativo que, sin duda, se ha equivocado de habitación. Hasta viene uno de los empleados a pedirnos disculpas. Fumando el ultimo "pitillo", veo que llega un policía y se instala cómodamente en la terraza ¿Para vigilar?

  ETAPA ANTERIOR     SIGUIENTE ETAPA 

RCB©

Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de esta web, por cualquier medio, bien sea mecánico u electrónico, sin la autorización previa y expresa de los  autores.