M0pq.jpg (4180 bytes)

Viajar a Marruecos

Viaje 1998 - 7ª Etapa: Zagora / Foum Zguid / Zagora

 


98eta07.jpg (50474 bytes)

23 Agosto 1998, Dom.

A las siete de la mañana estamos todos alrededor de la piscina, metiendo waypoints como locos en los GPS, cuando terminamos salimos en dirección Sudeste por la carretera asfaltada que lleva hacia Tamegroute. El paisaje es espléndido a estas horas de la mañana vemos algunas cadenas de dunas a los lados de la carretera. La temperatura es muy agradable, en torno a los 30ºC. Llegamos por carretera hasta Tagounite, en donde encontramos la pista sin mayores complicaciones. El primer tramo es fácil y muy rápido, rodamos a velocidades en torno a los 90 km./h. Nos divertimos mucho hasta que Benson se me cruza por delante y nos hace comer la mitad del polvo del desierto, ya que íbamos con las ventanillas bajadas, les pongo a parir por la emisora. Al cabo de algunos kilómetros comienzan a aparecer zanjas transversales que nos hacen bajar la velocidad de manera drástica y comenzar a pensar más en la mecánica. El paisaje es de tipo "savana", con muchos arbustos.

9813peq.JPG (1689 bytes)  La pista se va poniendo cada vez más caliente, en cuanto a que cada vez hay más baches y piedras y en cuanto a la temperatura ambiente, ya que el termómetro se ha plantado en los 46ºC, estableciendo un nuevo récord para este viaje, que hasta ahora no había resultado excesivamente caluroso. Circulamos siguiendo siempre la pista y los GPS nos van informando de que el camino que llevamos es el correcto, lo cual por esta zona se agradece sobre manera, ya que tenemos bastante cerca la frontera de Argelia.

Atravesamos una zona entre suaves colinas, en las que pasamos un par de bifurcaciones, cuando de pronto vemos bajar a un tipo corriendo desde una pequeña construcción de adobe, que nos hace señas para que nos detengamos. El individuo en cuestión viste un pantalón militar y unas chancletas y consigue que paremos todos, menos la moto, que al ir como una ídem, se ha pasado de largo antes de que el militar tuviese tiempo de salir de la cama... si señores, se trata de un control militar, por lo que se ve estamos en las tierras de la frontera. El tipo recoge nuestra documentación y se marcha al "puesto" para tomar nota de todos los datos. Al cabo de unos minutos regresa y nos devuelve los pasaportes, deseándonos buen viaje.

Seguimos avanzando cuando de pronto oímos gritar a Candela por la emisora que tengamos cuidado que se ha metido en una zona muy rota y esta parado en mitad de la pista, pero el mensaje llega demasiado tarde, aun no ha acabado de decirlo, cuando salgo demasiado fuerte de un rasante con curva a la derecha y me lo encuentro enfrente, volantazo y freno y me meto en unas zanjas que hacen que el coche salte por el aire un par de veces, antes de conseguir detenerme a metro y medio del portón trasero del Mitsubishi de los alicantinos, envolviéndolo todo en una nube de polvo impresionante. El estruendo dentro del coche ha sido increíble, quito el contacto y tras unos segundos necesarios para recobrar la compostura me apeo a ver que ha sucedido. No parece a primera vista que nos hayamos cargado nada mecánico, pero habrá tiempo de comprobarlo más adelante, sin embargo la carga ha encajado peor el golpe: el extintor de ocho kilos que llevaba junto al portón trasero, aparece apoyado contra el respaldo de mi asiento, las latas de Coca Cola se han abultado hacia fuera debido a la presión sufrida al agitarlas, e incluso una de ellas se ha abierto, con el consiguiente "pringue" generalizado, dos de las jaulas de plástico en que llevamos la comida y los recambios han reventado por la base y absolutamente toda la carga se ha movido de su sitio. Lo colocamos todo lo mejor que podemos y continuamos adelante.

Al cabo de media hora el aparato ya marca 49ºC y se me empieza a hacer un nudo en el estómago, pensando en como lo estará pasando Nacho en la moto, el no lleva aire acondicionado, ni un techo que le evite los rayos del sol y el motor va soltándole el calor desde abajo y caldeándolo aun más. Otra media hora y grado a grado llegamos hasta la increíble cifra de 52ºC. Candela y Montse corroboran por la emisora que su termómetro indica lo mismo que el nuestro (+/- 1ºC). Ya se nota que al aire acondicionado le cuesta cumplir su función, da la sensación de que el aire sale templado por las toberas.

El termómetro me esta dejando perplejo por momentos, 55ºC y no se pone colorado... resulta agobiante solo de pensarlo ¡¡Que calor!! En medio de la llanura solo rota por la tímida presencia de una elevación del terreno unos kilómetros a nuestra derecha, diviso entre las reverberaciones producidas por el aire caliente al elevarse, lo que parece un oasis como los de las mil y una noches, un pequeño palmeral en mitad de la nada. Nos detenemos en el oasis y encontramos a Nacho refrescándose bajo las palmeras. El hombre que nos recibe, vestido únicamente con un bañador y unas zapatillas de esparto, nos enseña el oasis, que al parecer se llama Sacer. Se trata de un grupo de palmeras que protegen del avance del desierto un pequeño riachuelo que surge de la arena, para volver a sumirse en ella unos cincuenta metros más adelante. El agua es cristalina, lo que permite ver con claridad que el lecho esta cubierto por miles de sanguijuelas negras que se mecen a merced de la corriente. Gracias a dios llevamos agua en los coches... Una edificación de adobe y un par de jaimas y un rebaño de cabras denotan la existencia de un asentamiento humano permanente en este lugar recóndito. Otros dos hombres y otras tantas mujeres cubiertas de ropa negra, completan la población del oasis.

9814peq.JPG (1988 bytes)   Nacho empapa su camiseta en agua del oasis, con cuidado de que no se le pegue nada y tras ponérsela empapada comprobamos con asombro, que en el tiempo que se tarda en fumar un cigarrillo, se ha secado por completo. El hombre de las alpargatas nos muestra su carnet militar, y vemos que se trata de un nuevo "puesto avanzado" en la frontera... desde luego que se les puede disculpar el que no vistan de uniforme con estas temperaturas. Mostramos de nuevo los pasaportes y toman nota cuidadosamente en el libro de todos los detalles relevantes, incluyendo como no, el consabido "de donde venimos y hacia donde vamos" como si nosotros lo supiesemos... Nuestro hombre, nos aconseja que no abandonemos la pista ya que si tenemos algún problema, cada tres días pasa un camión encargado de los suministros, que nos puede auxiliar. También nos recomienda visitar una espectacular cadena de dunas, similares a las del Erg Chebbi, pero menos conocidas por estar mucho más lejos de la civilización. Le agradecemos sus consejos y declinamos la invitación de quedarnos a tomar el té, ya que empezamos a tener ganas de abandonar este horno cuanto antes.

Otra media hora de camino y en la pantalla digital se lee la apabullante cifra de 58ºC, imposible de superar, nunca hubiera pensado en llegar a esa temperatura de forma natural, sin incendios ni estufas... Mis temores se hacen realidad, salgo de un cambio de rasante sobre una suave ondulación del terreno y veo a lo lejos, aún distorsionado por el calor, a Nacho recostado sobre una piedra, junto a la moto... le digo a Azu que algo va mal y en cuanto nos acercamos vemos que Nacho esta totalmente KO. Ha vomitado y tiene escalofríos constantes, esta completamente aturdido y mareado. Le metemos en el coche y dirigimos hacia él toda la potencia que le queda al aire acondicionado. Le damos abundante agua y varias ampollas de Glucosport. Al cabo de cinco minutos ha recuperado el color y se le han pasado los escalofríos, aunque sigue encontrándose débil, así que decidimos que Candela será el siguiente conductor de la Moto, Azu se irá con Montse y yo llevare a Nacho hasta que se recupere por completo.

Candela se cubre la cabeza con una visera de esas que llevan una tela detrás para proteger la nuca, empapada previamente en agua, que se evaporará en un par de minutos. Echamos a andar de nuevo. Mientras avanzamos por la pista voy pensando en lo mal que se ha tenido que ver Nacho, para abandonar la moto e ir en coche, porque el tío es durísimo de pelar y esta acostumbrado a circular por estos andurriales, pero la temperatura de hoy no hay quien la soporte.

Avistamos a la izquierda de la pista, la gran cadena de dunas de que nos hablaron en el oasis, pero con la temperatura que hace no nos decidimos a acercarnos hasta ellas. Desde donde estamos no parece que las dunas sean como las de Erg Chebbi, son más bajas y da la impresión de que al igual que las anteriores, forman una cadena en dirección Norte - Sur. En otro viaje nos acercaremos a verlas más de cerca.

En un par de ocasiones el GPS nos indica que la dirección que llevamos no es la correcta, después de dudarlo un poco, ya que no tenemos la sensación de ir mal, hacemos caso del "invento" y entramos en el cauce seco del Lago Iriki. Es en este momento cuando el termómetro alcanza la cifra de 60ºC... ...es simplemente indescriptible ¡¡Horroroso!! Parece que acabemos de descender hasta el mismísimo infierno por algún fallo del GPS. Benson y Ana gritan por la emisora que se achicharran por momentos en su GR sin aire acondicionado. Montse y Azu comentan que su aire ha dejado de funcionar por completo y ya no expulsa aire frío en absoluto. Nacho que se ha ido despejando paulatinamente, dice que en nuestro coche el aire debe de salir por las toberas a unos 40ºC, lo cual comparado con la temperatura exterior aun resulta casi gratificante... Creo que mi cerebro se esta espesando e incluso las ideas fluyen con lentitud.

9815peq.JPG (1711 bytes)  Recorremos una zona en la que la pista esta balizada por unos montones de piedras a los lados, cuando llevamos algo más de un kilómetro sin ver a Candela que marchaba por delante con la moto, le vemos pidiendo tiempo y hacemos una parada para darle agua. Y tras un rato de charla descubrimos que el calor esta empezando a afectar todos nuestros sistemas: Nuestro GPS se apaga y se enciende el solo, cuando le da la real gana. Azu y Montse se dan cuenta aliviadas, de que las balizas son solamente montones de piedras, ya que venían todo el camino pensando en que eran "soldados armados que las observaban atentamente mientras las apuntaban sin ningún pudor" y Candela nos confiesa que durante unos segundos ha sentido pánico, ya que al parar la moto a mirado a su alrededor sin ver a nadie y su cerebro ralentizado por las altas temperaturas no conseguía averiguar si los demás estabamos por delante suyo o por detrás y la sola posibilidad de perderse en este mar blanco, le ha dado terror hasta que nos ha visto aparecer al norte de su posición. Tomamos todos una abundante ración de agua caliente y después de hacer una de las pocas fotos del día (no tengo ganas ni de sacar la cámara), seguimos adelante.

Avanzamos de nuevo a buen ritmo, ya que la pista a mejorado algo y tenemos muchas ganas de salir de este infierno. Aun tememos que pasar otro control de pasaportes, mientras estoy de pie frente al militar que toma los datos, noto como un aire hirviente me quema las piernas, los brazos y la cara y recuerdo el refrán beréber de Pablo "El viento del desierto reseca el cerebro", desde luego en este momento lo creo. Declinamos de nuevo la invitación a tomar el té y seguimos por una pista que lentamente va girando al norte. Al cabo de algunos kilómetros Candela presenta claros síntomas de estar a punto de desfallecer, así que es Bensón el encargado de sustituirle a los mandos de la Yamaha, me entran sudores solo de pensar que si José sucumbe, yo seré el siguiente. El termómetro ha bajado a 58ºC, aun hay esperanzas.

Benson aguanta el tipo bastante bien y en una parada para remojarle por dentro y por fuera nos dice que esta a punto de rendirse, pero como le decimos que según el GPS estamos a 6 kilómetros de Foun Zguid, decide continuar. Poco antes de llegar al pueblo encontramos el último puesto de control, que en esta ocasión tiene incluso una barrera para cortar la pista. Aquí si que van con uniforme los soldados, pero sin embargo el oficial de turno nos echa un vistazo y manda al raso que nos habrá la barrera, sin ni siquiera pedirnos la documentación, creo que solo con vernos las caras que traemos ha decidido que es mejor dejarnos pasar. Tras 190 kilómetros de piedras calor y polvo, entramos en el pueblo y buscamos como locos un letrero de Coca Cola que indique la presencia del bar. La temperatura ha bajado hasta los 55ºC, ¡¡Fresquito!!

Encontramos el bar en una amplia plaza, en la que también esta la Gendarmería. Nos acomodamos en la improvisada terraza y pedimos agua fresca, mucho agua fresca. Después de la cuatro o cinco primeras botellas de agua nos decidimos a preparar la comida. Como el que no quiere la cosa nos ponemos pero que muy bien, sobre todo a base de cosas ligeras, muchos espárragos y laterio de picar. Cada diez minutos le pedimos agua al camarero, que da la sensación de estar perplejo de todo lo que estamos bebiendo. Pasamos cerca de tres horas a la sombra esperando que la temperatura se vaya civilizando antes de pensar en regresar a Zagora, por la carretera asfaltada de 130 km. que discurre algo más al norte que la pista por la que hemos venido. Cuando le pregunto al camarero por el estado de la carretera, me sorprende con la noticia de que en este caso el mapa esta equivocado al revés, no es carretera, sino otra pista. Personalmente me alegro, mas pista ¡¡Bien!! Cuando nos levantamos de la mesa, vemos que nos hemos bebido nada más y nada menos que 25,5 litros de agua, una media de 3,64 litros por persona en un par de horas, estoy seguro de que yo solo me he bebido al menos 5, sí que estabamos secos.

9816peq.JPG (2026 bytes)  Atravesamos el pueblo y encontramos un letrero andrajoso que indica Zagora, la pista es rápida al principio, pero a medida que avanzamos hacia el Este se vuelve más pedregosa. Nacho a cogido de nuevo la moto y la verdad es que parece bastante recuperado, rueda a buen ritmo y la temperatura que va descendiendo paulatinamente ayuda mucho, Azu me dice que hasta el GPS esta recuperando las constantes vitales y ya no se apaga. De todos modos el único punto que llevamos metido para esta pista es el destino final, así que de vez en cuando miramos la distancia que nos falta y la hora estimada de llegada, que al parecer va a ser muy, muy tarde.

9817peq.JPG (1063 bytes)  Lentamente va anocheciendo y aun nos quedan cerca de 100 km. por delante, así que esta va a ser una buena ocasión para hacer una "nocturna". Encontramos algunas zonas en que el suelo es predominantemente arenoso y también como siempre, Nacho es quien peor lo lleva. Nacho marcha delante, le seguimos a bastante distancia Azu y yo, detrás vienen Benson y Ana y Candela y Montse, a los que ni siquiera distingo por el retrovisor, cierran la comitiva. Son precisamente estos últimos los que rompiendo el silencio radiofónico característico de estas horas, en las que el cansancio acumulado deja vacías las ondas, nos dan el escueto mensaje "creo que hemos pinchado", confirmado a los pocos minutos por este otro "sí, hemos pinchado"

Le tiro las largas a Nacho y después de comprobar que ha dado la vuelta, giramos en redondo, junto con Benson y Ana que ya estaban detrás nuestro en medio de una zona arenosa. Volvemos atrás por la pista, pero no encontramos ni rastro de Candela y Montse. Por la emisora les pido que enciendan y apaguen las largas, pero seguimos sin verles. Me apeo del coche y finalmente les localizo, están a algo más de un kilómetro a nuestra izquierda, así que salimos campo a través en dirección a su luz. Candela asegura que se encuentra en la pista y yo recuerdo una bifurcación algo más atrás, esta claro, se equivocó de pista y si no llega a pinchar no le encontramos hasta mañana...

Se trata de la rueda trasera izquierda, desinflada por completo. Le metemos un spray mientras regresa Nacho, que debía de estar mucho más lejos de lo que pensábamos. El spray no sirve de nada, ya que la rueda tiene un corte importante, así que decidimos cambiarla. Al final es el pobre Nacho el que hace la mayor parte del trabajo, por algo trabaja en un distribuidor de ruedas. Mientras Candela y Nacho trabajan los demás preparamos unos whiskys que ya van siendo necesarios para reponer fuerzas y Benson mirando la rueda pinchada en medio de la noche africana dice "¡Ah! ¡la aventura es la aventura....! ¡me cago en ****!, que se convertirá desde ahora en una de las frases del viaje.

Rueda en su sitio, todo recogido, whisky en la panza (aquí no creo que encontremos controles de alcoholemia, ni siquiera a ningún otro ser vivo), 44ºC una temperatura agradable de verdad, así que continuamos hacía nuestro destino. La pista se va volviendo más rápida a medida que nos acercamos a Zagora, la media de velocidad sube hasta que comienzo a observar que Nacho no va fino, cada vez anda más despacio y me da la impresión de que no ve bien se lo estoy comentando a los demás por la emisora y mientras lo hago veo que Nacho se detiene. Efectivamente hasta aquí ha llegado, esta completamente agotado. Así que de nuevo le toca a Candela coger la moto y Azu se va con Montse otra vez, para que Nacho se venga conmigo.

Los últimos 25 kilómetros se nos hacen eternos, pese a que el terreno es el mejor que hemos pisado en todo el día. Tenemos que dejar pasar delante a Montse y Azu que se quedan rezagadas continuamente. Nacho va dando cabezadas, tiene que estar bajo mínimos. A la 1:30 llegamos a Zagora y mientras aparcamos delante del hotel veo que la temperatura a estas horas de la noche aun es de 38ºC.

Decidimos alargar un día más nuestra estancia en el hotel, para hacer mañana una merecida jornada de descanso y dejar al motorista que se reponga. El bar del hotel aun esta abierto, así que aprovechamos para tomar unas cervezas y alguna botella más de agua. Quedamos en vernos en la piscina, pero Nacho no se presenta, seguro que ha caído rendido, los demás nos damos un pedazo de baño. Floto boca arriba haciendo la plancha y veo un millón de estrellas, mientras que no escucho sino un murmullo de ruidos subacuáticos, tengo la sensación de que mi cuerpo esta absorbiendo agua por todos los poros de la piel, desde luego es la sensación más opuesta a la que tenia hace unas horas en mitad del Iriki con 60ºC, ahora parece que floto en el espacio. Antes de dormirme haciendo la plancha no vamos todos al "sobre", ha sido un día largo y nos lo hemos ganado.

Flecha1.JPG (1110 bytes)  ETAPA ANTERIOR     SIGUIENTE ETAPA  Flecha4.JPG (1150 bytes)

MePAGANT.jpg (1612 bytes)   MePAGPRIN.jpg (1615 bytes)

 

RCB©

Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de esta web, por cualquier medio, bien sea mecánico u electrónico, sin la autorización previa y expresa de los  autores.