• Por:  Santiago Marcos (Yago)

Hace unos meses, haciendo una "rutilla" de Telemadrid (perdón Madrid Motor), bastante aburrida, como todas las de esta publicación, nos encontramos con unos chavales que andaban por la zona, haciendo un rutómetro, que tuvieron a bien darnos una copia. Decían que estaba jodido, que no habían podido pasar por una zona, etc..., nosotros, aburridos de una ruta simplona, nos conformamos con mirar el rutómetro, y continuar camino.

El sábado, quedando con Miguel Solana, empezamos a pensar hacia donde ir, y después de discutir con Macarena, porque en la cabecera del rutómetro ponía "dificultad medio.alta", la convencí, "... aunque sea por no oírte, pero va a salir mal..." Bueno, y quien hace caso a su mujer cuando se pone cabezona? Pues deberíais. Ivan, que iba a salir también, el sábado había roto el servo del "Suzu" y no podía salir, para que no se quedara con el mono , le ofrecimos ir de "copi" con Miguel, a lo que accedió (En que hora...)

La ruta no se sabía bien donde empezaba, ni un solo waypoint para tener una referencia. La casilla 3 era el cruce con la N-1 y empezamos desde ahí. Primera dificultad "Fuerte subida, necesarias reductoras", desde abajo imponía, pero cuando llegamos a la base, el barrillo limoso hacia imposible subir, dando marcha atrás, rompo un piloto, por no mirar bien, y tocar contra un arbusto. Primer cabreo y sonrisa maliciosa de Macarena "Ya te lo dije,..." . Ivan, con su GPS12, hizó una proyección de por donde podría seguir el rutómetro y fuimos a la busca del siguiente punto, entramos por un camino, "aquí se acaba, media vuelta..." Otro camino, y este tiene buena pinta. ¡A por el! Vadeito y lo digo en diminutivo, pero con una zanja en V en el centro, de narices. Miguel que intenta pasar, "Esta jodido, toco con el morro del coche en el fondo..." Yo que lo intento por otro lado y paso, Miguel detrás. Seguimos el camino y en una subidita de unos 23 grados de inclinación, no hay dios que traccione para subir. Media vuelta. Volvemos a cruzar y mientras echábamos unas piedrecitas en la V para poder apoyar bien, desde la carretera vemos un Defender y un Vitara, que se lo piensan y se van por otro lado. Llegan unos motoristas cuando ya habíamos cruzado y avisamos a los dos primeros, pero el tercero, que era el más chulo, de cabeza al agua. Aguantando la risa y ayudando en lo que podíamos, nos vamos.

Seguimos buscando y de pronto parece que enlazamos rutómetro. Todo va bien hasta que de repente, con unas vistas impresionantes, la bajada totalmente rota por las motos (constante en toda la ruta) y el agua. "Pasaremos??" me dice Miguel temiendo por su coche. "Yo creo que si" le contesto con la respiración entrecortada después de bajar y subir corriendo (Gracias a que he dejado de fumar),  es lo suficientemente ancho como para llevar una rueda por cada lado, solo ten cuidado en no resbalar. "Yo creo que aunque resbale no vuelco" dice Miguel. Vamos para allá (Macarena y los niños bajan andando, Ivan filmando con la cámara de Miguel y sin mas bajamos muy despacito y bien. Después de otro par de pasos "jodidillos" por el barro que hacia resbalar los culos de los dos "Mitchus" largos hacia la parte mas expuesta, llegamos a una carretera. Tengo el estomago hecho polvo desde que he dejado de fumar (estoy pensando en empezar de nuevo) y necesitaba comer, así que les convenzo de ir a Torrelaguna a comer algo. Así lo hicimos y mientras comíamos vimos pasar a un conocido de la tienda con su Discovery, aunque el no nos vio a nosotros.

Terminada la comida, continuamos la ruta y al salir de Torrelaguna, tomamos un camino que prometía, entre sembrados con las roderas totalmente inundadas de agua y en bajada. Mientras bajábamos le comente a Macarena "Espero que no tengamos que subir por aquí, porque no se si tendremos tracción suficiente...." Al llegar a la parte llana, una zanja partía el camino. Miguel que analiza la situación y me comenta "Acequia, en la que han metido una canalón de cemento, pero el agua ha hecho agujero a los lados y ahora mismo hay zanja, canalón y zanja, por aquí no pasamos". Intento ir para arriba marcha atrás, pero el camino me tira hacia el sembrado. Después de mucho trabajo conseguimos sacar mi coche otra vez al camino. Tratando de girar, Miguel mete las ruedas izquierdas en el sembrado, y las derechas en el camino, pero no hay tracción. Empiezo a tirar de él pero lo único que conseguimos es abrir un surco de la altura de la rueda en un terreno como una esponja de agua. Así un montón de metros y lo único que conseguíamos era ir saliendo en línea recta. Pensando que esa no era la solución, paso adelante y tiro de él, hasta llegar de nuevo a la acequia sin haber salido. Como ultima solución, antes de ir a pedir ayuda, intento tirar hacia el lateral de la acequia, hacia la izquierda, que parecía un poco mas duro el terreno, pero me quedo empanzado.

Dejamos a Ivan (rebozado en barro, empapado, pero todavía sonriendo de vez en cuando), con Macarena y los niños y nos vamos Miguel y yo a buscar al chaval del Disco. Le encontramos, viene a por nosotros y después de un par de tirones de frente, nos damos cuenta de que así no vamos a hacer nada. Subimos hasta lo alto marcha atrás hasta encontrar un sitio para dar la vuelta y volvemos a bajar marcha atrás a intentarlo de nuevo. En uno de los tirones, se rompe el gancho del Disco y sale disparado, pegando un golpetazo (menos mal) en la rueda de repuesto de Miguel. Como no sería el golpe, que abolló hasta la chapa y metió parte de la funda de rueda entre la goma y la llanta. Con tirones y las ruedas que a los otros dos nos faltaban Hankook RT01, consiguió desempanzar a Miguel, encauzarle en el camino y sin parar, tirando de él, subirle hasta arriba. Bajada de Miguel y Alberto marcha atrás a por mí. Me desengancha y en vista del rescate anterior, enganchado hasta arriba, aunque yo le pesaba menos, por que mis ruedas tenían algo de tracción. (Hankook Z36W)

Embarrados hasta las cejas (yo me caí en una ocasión en una zanja llena de agua y barro, Ivan pisaba constantemente en agua y ya le daba lo mismo) nos metimos a celebrarlo en un bar de Torrelaguna y con Alberto nos fuimos hasta el lavadero a quitar las toneladas de barro que tenían los coches. El diferencial trasero de Miguel se había hecho hippy, por que tenia unas melenas de hierba y barro que impresionaban. Después de pegarle un "limpiadito" por lo menos a las ruedas, vuelta a casa, ducha y a la cama. Hoy, agujetas hasta en las gafas del frío que pase, los empujones a los coches y demás. Y eso es lo que pasó, como nos quedamos empanzados de la forma mas tonta del mundo, a 50 Km. de Madrid y a 1,5 Km. de un pueblo.

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