• Por:  - Pedro Gabriel Plasencia Muñoz

Ahí va la mía. Maravillosa tarde de domingo en Cuenca. Es invierno y llueve. Después de comer con unos amigos, decidimos que les vamos a dar una vuelta por el monte, para que vean lo bonito que es un día de lluvia en invierno. Me acerco a las torcas, justo a ese tramo que todo el mundo dice "no te metas cuando llueve". Como buen técnico en 4x4 que soy (es broma), me bajo y a pie compruebo la primera bajada. Meto cortas y abajo, gran error, primera bajada dura pero al llegar abajo me esta esperando un barro arcilloso, pegajoso y todos los "osos" que os podéis imaginar. Discovery "p'alla", Discovery "p'aca", esto no hay quien lo domine. Con mucho esfuerzo, consigo darle la vuelta e intento subir por donde he bajado. Resultado: abrazo a una encina. Vuelta al esfuerzo le consigo dar la vuelta, y me voy en busca de una pista que hay más adelante y que se, que es menos inclinada, resultado: bajadas de vértigo con el coche de lado y una inclinación considerable, subidas a base de acelerador. Llega la última subida y el "Disco" dice que no sube. Piedras, palos y demás útiles: imposible. La verdad es que no había "****" de subir aquello.

A todo esto, lloviendo como si no costase. Como un iluso aparto el coche de la pista, como si fuera a venir alguien, y bajo el agua echamos a andar en busca de cobertura. Cobertura 112, vienen los guardias y descojone total, localizo a un pastor (que todavía se tiene que estar riendo a mi costa), y este me pone en contacto con un tractorista. Viene el tractor, y me dice que donde me he metido, el no se mete a buscarme de noche. Quedamos para el día siguiente.

9:00 y curramos de lo lindo para conseguir hacer los 3,5 km. que había de pista hasta le carretera. 4 horas después, el "Disco" está encima de asfalto, y el tractorista me confiesa, que si hubiese seguido lloviendo, no habíamos sido capaces de sacar el coche. Gracias al cielo por dejar de llover, y al tractorista y su amigo, que curraron conmigo de lo lindo, ya que su tractor patinaba como una bailarina. He visto poca gente tan maja  y con ganas de ayudar sin ningún tipo de interés, ya que no me querían cobrar nada. Cañitas de rigor y un agradecimiento mutuo. Para los que lo conozcáis, esto me paso en el tramo del viaducto, en Cuenca. Por cierto, habíamos estado de comida y estabamos vestidos con ropa decente, menos mal que los amigos lo eran de verdad, sino me hubiesen retirado la palabra de por vida.

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