• Por:  - Vampiro

Bueno ya que estamos me animo yo y cuento otra. Estabamos un amigo y yo en una casa que tienen los padres en una zona cercana a Melilla, que es una playa llamada la Bocana, cuando a eso de las 10 de la mañana aburridos perdidos nos cogemos su Toyota que es como el mío, un LJ70 y nos vamos a dar una vuelta por la playa.

La playa tiene la peculiaridad de que se forman alguna que otra duna, a veces de tamaño impresionante, así que para divertirnos nos ponemos a correr por la arena saltando alguna duna. De repente vemos delante nuestra una zanja enorme, así que frenazo brutal y el coche se queda clavado antes de llegar a la zanja, pero claro, empanzado hasta los ejes en arena blanda de playa. Nos miramos el uno al otro y vemos que la cosa esta complicadilla, pero no contento con esto me subo yo al coche y después de varios intentos nulos de mover el coche me bajo dándome cuenta de que la arena esta ya a la altura de la estribera... Como era temprano y disponíamos de un tractel nos pusimos a probar algún sistema que habíamos leído en algunos libros y revistas y tal.

El primero consiste en hacer un agujero enorme en el cual se mete la rueda de repuesto y a la cual se engancha el tractel y como el volumen de tierra es muy grande, pues en teoría sale el coche. Digo en teoría, porque ahora comento lo que paso. Después de mas de una hora haciendo el agujero mas grande que pudimos, desenganchamos la rueda de repuesto y la tiramos dentro. Enganchamos el tractel y mi amigo (el conductor) se sube encima de la rueda con toda la arena y todo para hacer un poco mas de peso (el tío pesa 130 kg.). Total, que me pongo a darle al tractel y escucho a mi amigo riéndose, miro hacia atrás y cual es mi sorpresa que cada vez que yo le daba al tractel no solo el coche ni se movía, sino que arrastraba toda la arena junto con la rueda y mi amigo encima.... Conclusión, sistema solo útil para tierra mas consistente.

Después de la panza de currar, nos ponemos a quitar arena de las ruedas para despejar un poco el camino, y con el mismo gato del coche, y unas tablas de madera que hacían base en la arena conseguimos dejar el eje trasero en el aire (el gato del Toyota es un poco largo si). Arrastramos un tronco que vimos unos cientos de metros antes y lo metemos debajo de una de las ruedas traseras, y algunas tablas debajo de la otra. Bajamos el coche y a golpe de acelerador y después de lijar el tronco con la rueda conseguimos sacar el coche de la trampa de arena...

Resultados, los dos muy cansados, muy sudados, muy llenos de arena y como eran las 2 y pico ya de la tarde con muuuuuuuuuucha hambre que habíamos conseguido a base de escarbar en la arena. Bueno, espero haber entretenido un poco con este relato de mis comienzos cuatreros.

RCB©

Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de esta web, por cualquier medio, bien sea mecánico u electrónico, sin la autorización previa y expresa de los  autores.